Título: Azul, el poder de un nombre. SAMIDAK
Autora: Begoña Pérez Ruiz
Saga: Azul, el poder de un nombre (#1 de 3)
Nº de páginas: 536
SINOPSIS
Antirios, mundo perteneciente
a la Federación, está habitado por una raza de seres humanoides que se
comunican telepáticamente y aborrecen cualquier tipo de ruido. En un planeta
donde el silencio es ley, la aparición de un misterioso bebé llorando, surgido
de la nada, supone toda una crisis. El cónsul federativo Kritias Sabas deberá
encargarse de recoger al bebé, una niña bautizada como Azul, y trasladarla a
Irinia, corazón de la Federación de planetas. Pero Azul encierra más misterios
que su extraño origen, ajeno al universo que ahora la acoge. Su naturaleza
desconocida y su falta de familia, la condenan a ser criada en orfanatos de
distintos planetas, hasta culminar su educación en la férrea escuela de Zahirus.
Convertida en oficial de la Flota federativa, descubrirá el amor y la profecía
que pesa sobre ella haciéndole imposible disfrutar de una existencia normal y
feliz. Se verá forzada a alejarse de los seres que la quieren, como prisionera
del Imperio Pélago primero y proscrita del Imperio Cthulkug después. Además,
siempre será perseguida por la sombra de la maldición de su nacimiento, aquella que
señala su verdadero destino, destruir al Demiurgo Oscuro, antes de que este
poderoso y terrible ser engulla a todos los mundos.
OPINIÓN PERSONAL (sin spoilers)
¿Queréis saber por qué esta reseña es especial para mi? Pues porque nunca me habían pedido que diera una opinión para un libro que aún no se ha publicado (está en ello), y además saber que he sido la segunda persona en leerlo entero me ha hecho sentir privilegiada.
Y como os lo explico... Me ha gustado tanto que no puedo ni imaginar que no publiquen este libro. Sabemos que es difícil, estamos en crisis y últimamente las editoriales se han vuelto muy exquisitas a la hora de decidir publicar un libro de una persona desconocida, por no decir que prefieren publicar libros autoconclusivos que se olvidan con facilidad, a apostar por una buena trilogía solo porque tiene muchas páginas y... es una trilogía.
A mi esto me parece una pena porque de verdad que esta novela merece ser leída, tiene una trama muy buena, unos personajes que te llegan al corazón y una esencia propia que desborda originalidad.
De verdad os puedo asegurar que a esta novela se le ha puesto mucho amor y dedicación, se nota con cada capítulo que lees, y es que ha sido el trabajo duro de 15 meses, en el que la autora y su buena amiga/lectora/correctora/la-que-toma-las-decisiones-crueles (No me olvido de tí Paloma, jajaja.) han escrito, re-escrito, borrado y corregido tantas veces como ha sido necesario para terminar perfeccionando una historia que les ha quedado inmejorable.
* * * * * * * * * * *
Para explicaros un poco de qué va la novela sin desvelaros demasiado os diré que la autora nos sitúa en un universo que tiene tres zonas bien diferenciadas:
Primero, la Federación de Planetas, que agrupa a todo tipo de planetas con ciudadanos de lo más variopinto (tenemos a humanos, seres telepáticos, seres medio humanos-medio felinos...).
Segundo, tenemos al imperio Cthulkug, el imperio más belicoso de todo el universo, estos seres de forma reptiloide pueden ser de tres razas, Saurópsides, Synápsides y Anápsides, siendo estos últimos los menos problemáticos de todo el imperio.
Y por último, tenemos al imperio Pélago, que al igual que los Cthulkugs, son amantes de la guerra pero a diferencia de estos, los Pélagos prefieren mantenerse al margen de todo lo que no tenga que ver con su territorio.
Como se explica en la sinopsis, Azul aparece sin más en uno de los planetas de la Federación, Antirios, y estos, irritados por el ruido infernal que provocan los llantos del bebé llaman al cónsul federativo Kritias Sabas para que ponga fin al problema. Cuando le hacen pruebas a Azul, descubren que la pequeña no tiene un ADN que corresponda con ningún ser de ninguno de los planetas por lo que deciden calificarla como peligrosa y la destinan a un futuro en orfanatos hasta que acaba en Zahirus.
Tras acabar su formación en Zahirus, Azul es destinada como oficial federativa a Verbace, un planeta destinado al ocio y vacaciones.
(Escudos synápside y anápside, respectivamente)
A partir de aquí dejo de contar porque para mi lo mejor comienza en esta parte y desde entonces la historia coge tal fuerza que me fue imposible dejar de leer.
Algunos libros resultan pesados e introductorios hasta llegar al final, en este caso solo se necesitan 100 páginas para introducirte en la historia.
 |
Escudo saurópside |
La trama me ha parecido muy elaborada y bien estructurada, si me dijeron que habían corregido y borrado muchos capítulos no se nota que haya nada forzado y todo se va hilando de una manera armoniosa, siguiendo la trama principal a la vez que van pasando más cosas que hacen la historia tenga más consistencia y sea más entretenida e interesante.
La pluma de la autora es de lo más elaborada y bonita. Las descripciones no son nada simples, explica todo con lujo de detalles pero tampoco se extiende demasiado en ellas así que no se hace pesado y consigues imaginarte todo a la perfección. Se nota la riqueza de vocabulario cosa que se agradece porque personalmente prefiero ver una escritura elaborada que una escritura simple y coloquial (pero tampoco penséis que tiene un vocabulario imposible y vais a necesitar el diccionario en todo momento, simplemente se nota cuando hay riqueza de vocabulario apto para todo tipo de lectores).
Y lo que más me gusta es que se nota que ha hecho la novela porque es su pasión, aunque le haya tenido que dedicar muchísimo tiempo, y no porque desee publicar en seguida para ganar dinero, y esto es algo que yo aprecio mucho, porque si la persona que ha escrito el libro no lo ha escrito con todo el cariño que puede, ¿Cómo pretende hacer que me enamore su historia?
En este caso la autora adora su novela y a la vez ha hecho que yo ame su historia.
 |
Bosque de Palantium, Verbace |
Ahora vamos con lo mejor de todo, los personajes. Para mi los personajes son un pilar muy importante de toda novela, junto con la trama y la pluma, pero sobre todo los personajes, porque si los personajes no me aportan nada, no hacen mella en mi corazón o incluso me resultan irritantes, automáticamente pierdo el interés por la novela y eso hace que le baje mucho la nota. Puedo llegar a odiar un libro entero si los personajes con los que tengo que lidiar durante toda la trama me resultan planos, insulsos u odiosos cuando no tienen que transmitir ese sentimiento.
Bien, pues los personajes de este libro son una delicia, están totalmente desarrollados y evolucionan a lo largo de la historia. Si la autora pretende que odies un personaje, lo vas a odiar, y si pretende que lo ames con todo tu corazón lo amarás hasta tal punto que sentirás lo que siente, sufrirás con ellos y serás feliz cuando ellos sean felices.
Pero no me voy a parar a hablar de cada personaje porque sinceramente, prefiero que los conozcáis por vosotros mismos aunque tengáis que esperar a que se publique, QUE SE PUBLICARÁ.
Solo os diré que los personajes no os van a decepcionar en absoluto.
Sí, lo admito, no tengo nada negativo para decir, pero es que
estoy tan segura de que esta novela no os puede decepcionar, que no puedo parar de recomendarla, y consiguiendo vuestro interés, podrá ser más fácil el proceso de publicación. (Si supierais la de ideas geniales que tienen para que os enamoréis de la historia...).
En definitiva, Azul es una novela única y perfectamente cuidada. Desborda fantasía, ciencia ficción, misterio y amor por todos lados. Tiene unos personajes que llegan al alma y la trama no puede estar contada de mejor manera para atraer a todo tipo de público.
A mi ya me ha enamorado, ahora toca que os enamore a vosotros.
Y por supuesto, os mantendré informados de como van las cosas con la novela, de momento solo os puedo decir que hay que tener paciencia pues hace poco que están moviendo hilos para que alguna editorial lo publique y sabemos que no es fácil. Pero os aseguro que tarde o temprano lo leeréis todos, porque yo voy a estar dando la lata continuamente hasta que una editorial conteste.
Como avance os dejo aquí abajo el prólogo de Azul, se que no es mucho pero merece la pena leerlo:
PRÓLOGO
Se oían pisadas firmes y aceleradas. Habían encontrado el refugio final, era indudable. Drusila temblaba, porque después de tantas noches de vigilia, de tanto imaginar el retumbar de unos posibles pasos como aquellos, ahora estaba segura de que lo que oía no respondía a su imaginación. Habían entrado en los túneles secretos; las habían encontrado. Pronto el Demiurgo Oscuro llegaría con sus esbirros hasta donde estaba Tinea y sus más fieles siervas, entre las que se encontraba Drusila. Corrió a la última estancia de aquel laberinto escondido, a la habitación donde Tinea aún se recuperaba del parto. Cuando hizo su entrada repentina, la palidez de su rostro anunció la mala noticia que todas auguraban. Quiso decirlo ella misma también con palabras, pero sus labios temblaban de manera incontrolable. En los ojos de las demás, un reflejo de desesperación, le aseguraba que no valía la pena que se molestara en expresarlo. Ya todas sabían que el Demiurgo Oscuro había dado con ellas.
Tinea miró la pequeña cuna que ocupaba un rincón. Tampoco ella quería usar palabra alguna en un momento como tal. Odiaba mencionar el maldito nombre del Demiurgo Oscuro. Lo que sí hubiera querido era manifestar lo mucho que agradecía el apoyo que Drusila y el resto de sus guerreras le habían brindado. Bien sabía lo caro que estaban a punto de pagar ese apoyo, y aún así, ninguna había dado la más mínima muestra de flaqueza, seguían a su lado.
-Mi señora, quizás podríamos...- Amelia, la más joven de todas, aún escondía en sus ojos una chispa de rebeldía, un deseo de seguir luchando. Pero ni la más fiera amazona podía abrir combate contra el Demiurgo Oscuro y de nada servía que a estas alturas se enfrentarán a él abiertamente. La niña había nacido ya y el Demiurgo llegaría en unos minutos.
-¡No, Amelia! No es hora de derramar más sangre, nada ganaremos, no podemos matarle. Como mucho acabar con algunos de sus esbirros...
-¡Con eso ya sería feliz!
-¡No, no quiero más de eso!- Tinea se tapó la cara con las manos. Estaba agotada y no era sólo por el recién parto, sino por todo lo demás. Amelia miró al suelo avergonzada, prefería la opción de morir peleando que entregarse como una simple oveja, pero, por encima de todo, amaba a su señora y no estaba dispuesta a contrariarla, menos en esos momentos tan difíciles. Si ella había dispuesto que así fuera el final, así tendría que ser. Ella no desobedecería el último deseo de un Demiurgo de luz.
Tinea se levantó de la cama, aún estaba muy débil, porque el parto no había sido fácil, pero no estaba dispuesta a recibir al Demiurgo Oscuro tumbada, como si ya estuviera muerta. Todas la miraban con angustia, viendo como andaba con pasos vacilantes hasta que dejó que su cuerpo se desplomara en una silla junto a la pequeña cuna. Entonces, se sentó de la manera más regia y señorial que pudo, manteniendo una postura serena y firme, como sólo alguien de su naturaleza podía. Así permaneció, mirando con indiferencia al umbral de la puerta, como si sólo esperase que una brisa viniera a su encuentro y no el Demiurgo Oscuro a arrebatarle lo poco que le quedaba. Sus siervas se le acercaron, colocándose a su lado. Franqueándola y apoyándola con una posición marcial no exenta de cariño. Cuando el Demiurgo Oscuro y sus hombres entraron, fueron recibidos por esa postal de dignidad.
-Mi queridísima prima, ¿cómo es posible que me hayas querido ocultar esto? ¿Acaso no soy de la familia?- el Demiurgo sonrió y al hacerlo mostró una malicia que no cabía pensar como posible. Si Tinea fuera una simple humana, un escalofrío hubiera recorrido todo su cuerpo. Pero no lo era y demasiado conocía el alma negra de su primo, como para sentirse amedrantada en aquel momento. Lo había perdido casi todo.
-Por otra parte, sabes bien que los Demiurgos de luz como tú tenéis prohibido juntar vuestra sangre con la de vulgares humanos. Hiciste muy mal, prima, en fijarte en Aero, un simple guardián de los Bosques Altos. Podías haber jugado un poco con él tan solo, pero te dejaste llevar demasiado. ¿Cómo te has atrevido a tener un hijo con un ser inferior?
-Aero no era un ser inferior y yo le amaba...- Tinea no pudo evitar que su voz se quebrara, mientras recordaba a Aero y cómo el Demiurgo Oscuro había acabado con él.
-Tu capricho, prima, te va a costar muy caro. Despídete de tu bebé porque pronto será la cena de mis Perros de guerra.
Tinea recuperó entonces la entereza que tenía como propia. Miró al Demiurgo Oscuro, al abismo de fuego negro que eran sus ojos y con una sonrisa del que se sabe ganador, escupió sus palabras:
-Llegas tarde, ya me despedí de ella.- El Demiurgo Oscuro sintió en su cuerpo el escalofrío de terror que tan acostumbrado estaba a infundir a todos los que le rodeaban. Su huella era el temblor con el que los demás le saludaban. Pero en ese momento, era él el que, temblando, se acercaba a la pequeña cuna que custodiaban las amazonas de su prima. Le abrieron paso sin resistencia, y el Demiurgo Oscuro tembló más de ira, de miedo, de sentimientos a los que no estaba acostumbrado a enfrentarse. Cuando alcanzó la cuna, antes de asomarse a mirar bajo sus pequeñas mantas, ya sabía que estaba vacía, el bebé no estaba allí.
Del Demiurgo Oscuro brotó un alarido de odio que se dejó oír más allá de las paredes de aquel refugio. El mismo refugio que tembló como si de la garganta del Demiurgo naciera un terremoto.
Antea tuvo la suerte de no oír el horrible alarido y no sufrir el miedo en su cerebro por aquel sonido penetrante. Ella estaba muy lejos del refugio donde se había despedido de su señora Tinea y de sus compañeras. No iba sola, envuelto en una sábana de raso azul, llevaba al bebé de Tinea.
-El Demiurgo Oscuro tarde o temprano nos encontrará y ya sabes lo que hará con mi pequeña si eso ocurre. Tú, Antea, eres la más valiente de todas mis siervas. Necesito que te lleves lejos de aquí a mi hija. Lo que te pido no es fácil, pero confió en ti.
-Haré lo que me digáis, mi señora.- Tinea abrazó a la pequeña contra su pecho, la arropó con la sábana azul y la besó en la frente antes de dársela a Antea.
-Es una niña preciosa.- suspiró mientras se la entregaba. Acto seguido, se despojó de un medallón que colgaba en su cuello.- Toma también la piedra de Shantina, más sabia que nosotras, te conducirá a un mundo apropiado para que dejes a mi hija. Recuerda que después de dejarla tendrás que volver a usar la piedra y ocultarte tú en otro mundo, la piedra elegirá por ti. Sabes perfectamente que es una fuerza poderosa, te hablé bien de ella en el pasado, cuídala siempre. No puedes quedarte en el mismo mundo que mi hija, desprendes demasiada energía de esta tierra, el Demiurgo Oscuro te rastrearía y caerías pronto en sus manos. No volverás a verme, no volverás a ver a los tuyos, ni a tu mundo. Confió en ti.
-No fallaré.- respondió Antea con la convicción que en ella se esperaba.
La piedra de Shantina había abierto el portal, muy lejos del mundo donde el grito bestial del Demiurgo Oscuro retumbaba. Era otro universo. Antea dio sus primeros pasos en el nuevo mundo con el bebé en sus brazos. Un lugar tan distinto a su patria, se veía falto de vida y de belleza. Un silencio enfermizo parecía ser lo que mejor le describía. Ningún sonido turbaba aquel desierto de arenas verdes en las que se hallaba. Antea dudó de su misión, le costaba aceptar que debía dejar al bebé en aquel páramo tan árido.
Pero la piedra de Shantina brilló en su pecho recordándole que ese era el primer destino de la niña de Tinea. Había llegado la hora de dejarla en el suelo y partir. Así lo hizo, pese a sus propias dudas, esperando que no estuviera entregando al bebé a una muerte segura, como si se la hubiera cedido al propio Demiurgo Oscuro. Antes de abrir un nuevo portal miró varias veces tras de sí para comprobar que el bulto que era el bebé aún se retorcía en ese suelo tan inhóspito. El portal se abrió y cuando Antea estaba dentro escuchó al otro lado el llanto de la niña. Un impulso maternal la forzó a regresar, pero ya era demasiado tarde, el portal se había cerrado y ella estaba lejos en otro mundo extraño. Miró a su alrededor y sonrió tristemente, aquel lugar que le había tocado a ella sí parecía acogedor, al menos en el horizonte se divisaban bosques y montañas como en su mundo natal.
Y, ¿qué os ha parecido? ¿Estaréis dispuestos a adentraros en la maravillosa historia de Azul?